La laterocronotopización de la ucronotropia yreal se expande metaposryzomáticamente por medio de metastosomas...ya lo hemos repetido en varias ocasiones. Sin embargo siempre conviene explorar las superficies (de forma descentrada y nómada, incluso) laterocronotópicas para identificar los nexos que se establecen entre los metastosomas y su dimensión dispositrónica. Es evidente para todo el mundo yreal que la confluencia metastosomática únicamente deviene dispositrónica merced a dispositivos (valga la redundancia) como el bulboblasto y otros aún por determinar, tales que cualquier cistrón o teletranstrón que se precie pueda surcar espacios (siempre superficiales) que impregnen de dobleces y hendiduras las comisuras de la llanuras nómado-descentradas, portando las palabras-valija necesarias para la difusión de la movilidad laterocronotópica allí donde sea requerida. Laterocronotopia, pues, plena de redundante laterocronotopización allá donde el sentido metaposryzomático alcanza dimensiones transnodales y telemórficas. Laterocronotopia, en fin, inherentemente yreal en virtud de su tropismo ucrónico.
Por todo ello, la yrealydad celebra la laterocronotopia, y la laterocronotopia proclama la yrealydad en una tautología utopista metalógica.
Por todo ello, la yrealydad celebra la laterocronotopia, y la laterocronotopia proclama la yrealydad en una tautología utopista metalógica.
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